martes, 19 de junio de 2007

DUNAS Y CETÁCEOS




MUNDO MARINO, ASPERILLO.

El Museo del Mundo Marino explora lo más desconocido del entorno de
Doñana, siendo los cetáceos sus principales protagonistas, de los que se muestran 13 esqueletos reales. También dispone de una de las dos únicas Exosferas que se exhiben en Europa. De esta guisa comenzaron las 7ª Jornadas Libres, el 25 de febrero de 2007.

Una vez realizada la ruta cultural nos dedicamos a lo que nos define: andar, andar haciendo o recorriendo caminos, caminos desde la Mar (con permiso de Machado). Así que caminamos entre los restos de los antiguos cordones dunares que forman los médanos del Asperillo, y la Laguna del Jaral, bonito nombre para un paraje incomparable trufado de enebros, romero y, como su nombre indica, jara.

En el Kmt. 46 de la carretera de Matalascañas a Mazagón nos espera, Lola una amiga del cercano pueblo de Trigueros, donde los reposteros hacen un delicioso dulce llamado “Perrunillas”. La marcha es circular y va entre viejos pinares que se plantaron para frenar el avance de las dunas. A 200 metros nos topamos con la Laguna del Jaral, que sólo se inunda en época de lluvias; a estas dunas se les llama “lagunas penidunares”. En ellas crecen unos juncos que se utilizaban para hacer los techos de las chozas; también encontramos brezos y tojos. 400 metros más adelante, y girando a la izquierda, se llega a la duna, alrededor de la que encontramos camarinas, labiérnagos, tomillo, romero y sabina.

Continuamos un sendero en el que, por la pobreza del suelo, los pinos crecen poco; van apareciendo aulagas, romero y el jaguarzo blanco; seguimos adelante y ya estamos en lo más alto, desde donde contemplamos el Océano Atlántico y un continuo altibajo que forma la propia duna. Después, el acantilado, bajamos a la playa haciendo “rapel casero” ayudándonos de una cuerda; comida, descanso y contemplación de gaviotas y otra aves marinas.

La línea costera es impresionante, de distintos colores, que corresponde a distintos materiales que han ido formando el suelo de Doñana: el negro es turba, materia vegetal que aún no han terminado de descomponer. Volvemos por Cuesta Maneli, vamos la gran mancha verde del Abalario. Como no dejamos coches allí, hubo que volver a Kmt. 46. En total fueron 17 kilómetros de ruta entretenida, ecológica, cultural, completita, estilo Ardillas, para entendernos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífica ruta y magnífica pluma. Me gustaría hacer alguna excursión con vosotros.

Anónimo dijo...

Magnífica ruta y magnífica pluma. Se nota que lo pasáis bien. Me gustaría hacer alguna ruta con vosotros.

Autoridad dijo...

Puedes hablar con Isabel Cabello, que la compartimos como buenos hermanos. Saludos