miércoles, 6 de junio de 2007

Cazalla Express




EL TORERO Y LOS MIHURAS

Veintiséis de noviembre de 2006; siete y media de la mañana; Tesorería General de la Seguridad Social de Sevilla; menos “general”, nos gusta todo:

Tesorería: lugar donde se guardan tesoros; soñamos con tesoros que nos libren de todo mal, amén. Tesoro le decimos a nuestro amor. Tesorería, lugar donde se guardan los amores.

Seguridad: Es instintiva, incontrolable; a veces somos esclavos de la seguridad; Seguridad es inversamente proporcional a Libertad. Por eso queremos compensar, por eso hacemos “Jornadas Libres”.

Social: Somos sociales por naturaleza, y por sociales, amamos la naturaleza.

Aunque también se podría decir: Veintiséis de noviembre de 2006; siete y media de la mañana en el vértice geodésico de la capillería sevillana y olé, en la glorieta donde se unen los milagros de las santas Justa y Rufina con el báculo de San Isidoro, que mira a Nervión Plaza desde el escudo de ese peazo de Sevilla Fútbol Club que tanta felicidad está dando...

Bien, veintiséis de noviembre de 2006; siete y media de la mañana, los tendidos llenos, pañuelos al cuello, la manada está lista y rugiente... y el Torero que no llega. Al rato, el camillero anunció que se suspendía la corrida; decepción, colas para la devolución de las entradas... no, no, colas para comprar billetes de tren.

- Pues yo aunque sea me voy a caminar al Alamillo, dijo Valle.
- Bueno, vamos a desayunar a la estación, dijo alguien.
- Oye Manolo, ¿a qué hora es el tren para Cazalla?, preguntó Tere.
- Creo que a las 9.30
- ¿Vamos?

“Vamos”, dijeron veintidós senderistas de Emotion. El Torero no se presentó, pero “los niños”, Ángel y Rafa, sin proponérselo, acababan de impulsar la creación de “El Lince y las Ardillas”. Risas en el tren, Camino Viejo de la Estación, ocho kilómetros hasta Cazalla de la Sierra por bosques de ribera, rebaños de ovejas y campanadas de la espadaña de la iglesia.

El torero se rajó, pero no el toro: abducidos por la emoción, por el vértigo del nacimiento de una una criatura, soltaron a los Mihuras; los recibimos a porta gayola, con chicuelinas y medias verónicas; nos fundimos con los mihuras: la emoción del plan sorpresa, el orujo rojo, el frescor de la tarde, la soledad compartida... se solidificaba un juego de guiños y miradas que, como miguitas en el bosque, estábamos dejando todo el año por los senderos de Andalucía.

El 14 de enero de 2007 fue el acto fundacional, ascensión al Cornicabra. Pero eso lo contaremos en otra entrega.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Qué se puede decir ante algo escrito de esta forma para todos nosotros?, pues gracias. Muchas gracias por este ratito de torería y vida. Gracias por dejar salir recuerdos y dar fe que sí ocurrió.